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C. S. Lewis y la belleza de Dios

Jonathan Hanegan y Francisco Rodríguez, el administrador del Club de Jack expusieron juntos en el II Congreso Fe, Arte y Mito el 21 de julio en la ciudad de Buenos Aires. Acá compartimos la introducción de su trabajo.

Plotino, San Agustín, Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino y Hans Urs von Balthasar concuerdan en que la belleza está estrechamente relacionada con la verdad y la bondad. En otras palabras, lo bueno, lo bello y lo verdadero están conectados integralmente. Si algo es bello, es por lo tanto, bueno y verdadero. Si algo es verdadero, es también bueno y bello. La belleza no es meramente una cualidad estética sino una pista para descubrirla como una pieza más grande dentro de un conjunto de características trascendentales. En la teología, la verdad, la bondad y la belleza representan un conjunto de virtudes interconectadas que nos ayudan a descubrir la veracidad de algo, su carácter moral y estético. C. S. Lewis se encuentra en esta misma línea de pensamiento.

Lewis no tiene una fijación con lo bello porque tiene algún valor intrínseco o porque vale mucho por sí sola. Lewis entiende que la belleza es la puerta de entrada o el camino a la verdad y la bondad. En otras palabras, si seguimos la verdadera belleza, nos llevará al verdadero y buen Dios, el Padre de Jesucristo.

Existe la belleza corrompida que apela a los deseos más bajos del ser humano. Existe la estética que no cumple la función de la belleza de señalar a algo más allá del objeto o del sujeto bello en sí. Existe la belleza distorsionada que provoca en los que la contemplan deseos egoístas, deseos de dominar y subordinar a los demás. No obstante, también hay una belleza que despierta en los seres humanos sentimientos nobles y dignos de admiración. Hay una belleza que humaniza a los que la contemplan y los remite al amor verdadero y puro del Padre Creador.

Lewis no se dedica exclusivamente a criticar la belleza corrompida que apela a nuestros más bajos instintos, sino que se esmera en demostrar la veracidad y bondad de la verdadera belleza. Lo hace en sus obras de ficción como Las crónicas de Narnia, pero también lo hace en su obra ensayística. Y no sólo eso, sino que demuestra son su propia biografía esa búsqueda insaciable de la belleza.

Aquí compartimos el trabajo completo expuesto en el II Congreso Fe, Arte y Mito en la ciudad de Buenos Aires.

C. S. Lewis y la belleza de Dios

Aquí también compartimos la masterclass que dieron Jonathan y Francisco para la Escuela Digital de Teología.

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